viernes, 30 de diciembre de 2011

Auto- respeto y humildad


El auto-respeto y la humildad se comportan como nuestro escudo de protección espiritual. Nos liberan de las influencias sutiles del ego limitado.

A medida que recorremos la senda del progreso espiritual, es muy importante tomar conciencia de la presencia de la arrogancia sutil.

La arrogancia sutil puede detectarse especialmente en la inhabilidad de aceptar la crítica, ni siquiera si es constructiva. Internamente hay sentimientos de reacción y rechazo. Hay trastorno en la actitud y la visión hacia la persona que ha emitido esos comentarios.

En la consciencia del alma, podemos aceptar la corrección y las señales que otros nos den como un medio para progresar y somos capaces de tolerar y aceptar la crítica. A la vez, no nos dejamos influenciar por la alabanza.

La clave es generar un estado de consciencia en el que nuestros pensamientos estén llenos de auto-respeto. Y en las palabras y las acciones, mantener un estado de humildad. Entonces la arrogancia terminará. Estas dos virtudes son la base para ser una personificación del éxito en cada pensamiento y cada acción.

Absorbiendo estas dos virtudes en nuestra vida podremos ser instrumentos para transmitir una experiencia espiritual a los demás, a través de nuestras palabras, de nuestras acciones, de nuestra manera de interactuar. Si estas dos virtudes están presentes y estables en nuestra vida, podemos entender que estamos desarrollando poder interior y fortaleza espiritual.

 

lunes, 19 de diciembre de 2011

Determinación en la Transformación


 
Una de las causas principales, sino la principal, de que nuestra transformación interior se demore y los viejos patrones, causantes de nuestro malestar e intranquilidad, sigan afectándonos en la vida, es la falta de determinación y enfoque.

La mente es fácilmente distraída en muchas direcciones. El conocimiento espiritual nos recuerda que nuestra naturaleza verdadera, como seres espirituales, es elevada y digna, nuestra verdadera esencia es de grandeza y autenticidad. Necesitamos permanecer conectados con nuestras cualidades originales y soltar y distanciarnos de todos los hábitos negativos del ego y la conciencia limitada.

Aún así, incluso con las mejores intenciones y a pesar de que de vez en cuando creamos pensamientos llenos de resolución sobre qué queremos eliminar en el ser y qué queremos integrar en nuestra vida, en términos de virtudes y cualidades, la realidad es que con el paso del tiempo, la fuerza de esos pensamientos se va diluyendo.

Un paso fundamental que va a marcar la diferencia es no permitir que la mente esté ociosa, tanto como podamos. Existe un proverbio que reza "Una mente ociosa es el taller del diablo". El significado está claro, cuando la mente no tiene ninguna meta ni objetivo, las innumerables atracciones de los sentidos se apoderan de ella. Las debilidades y dependencias controlan nuestra conciencia. La puerta de entrada es la mente y, específicamente, los pensamientos.

Así que es esencial crear un programa de actividades para nuestra mente. Leer y estudiar textos que estén llenos de conocimiento espiritual, crear espacios en nuestra agenda diaria para reflexionar sobre los mismos, para comprender las leyes espirituales y su aplicación en nuestra vida práctica. Crear tiempo para experimentar con la meditación, con la concentración y la contemplación. Reflexionar sobre los valores y cualidades que queremos ver más presentes en nuestras vidas y qué tenemos que hacer para integrarlos.

Si nuestra mente está constantemente involucrada en nuestra meta y objetivo de transformación espiritual, experimentaremos que los pensamientos se vuelven más poderosos y concentrados, y la mente más luminosa y liviana. A su vez, esto generará sentimientos internos de satisfacción y plenitud. Sentiremos que nos vamos acercando a nuestra meta. La clave es una mente ocupada que cierra las puertas al desperdicio, la distracción y la negatividad.
 

lunes, 12 de diciembre de 2011

Superar las barreras que nos ponemos nosotros mismos





Necesitamos enfocarnos en los aspectos positivos del ser, y que este foco sea la base de nuestro cambio y aprendizaje. Sin embargo, como optimistas realistas, también debemos ser honestos acerca de los retos y obstáculos personales que tenemos que superar si somos sinceros en nuestro deseo de sentirnos en plenitud.


1. Reconocer que tenemos un trastorno o problema recurrente. Admitir que hay algo que sigue retornando, independientemente de la persona o situación que dispara la reacción. Necesitamos darnos cuenta de que liberarnos del dolor de esa reacción requiere un cambio en nuestras actitudes, pensamientos y/o percepciones. La honestidad con uno mismo nunca hace que te sientas culpable, sino que fortalece tu auto-respeto.


2. Identificar el defecto en nuestro interior, y al mismo tiempo mantener la conciencia de mi naturaleza original: yo, el alma, soy un ser de paz, de pureza, de amor y felicidad.


3. Desapegarse de ese defecto, una vez identificado. Podemos hacer esto con confianza, al tener el conocimiento de la verdadera naturaleza del ser. “No soy el defecto que observo. Acepto y entiendo que ese defecto está ahí pero no me identifico con él.”


4. Fundir el defecto con la experiencia del poder del silencio y la conexión con la fuente suprema de luz y poder espiritual. Es como colocar un trozo de hielo bajo la luz del sol y permitir que se derrita. La meditación intensa nos capacita para conseguirlo.


5. Prestar atención y no permitir que ningún germen de viejos deseos o miedos reinicialice el proceso. De lo contrario podemos volver a infectarnos y a enfermar de nuevo. Habiendo conquistado todo esto, nos sentiremos en plenitud, nuestra maestría interior original habrá retornado. Ya no seremos más ni una víctima ni una marioneta del viejo ser, de los demás o de las circunstancias.

lunes, 28 de noviembre de 2011

DOLOR




El dolor es la consecuencia de negar los principios básicos de la vida, que incluyen: auto-respeto, amabilidad y generosidad.

Además, el dolor en sus diversas formas es una consecuencia directa del auto-engaño. Los engaños son ilusiones que creemos que son reales. Un auto-engaño clásico es el de creer que alguien o algo fuera de mí puede crear mi estado de felicidad.

La posición, el rol, el talento o el logro son sólo temporales, y pasajeros. La dependencia de estos aspectos finalmente trae dolor en la forma de decepción, vacío o resentimiento.

¿Por qué creemos en estos de una manera tan absoluta?

Un principio: no podemos tomar felicidad, satisfacción o amor desde el exterior del ser.

El primer paso para expresar la felicidad con los demás es experimentarla como la naturaleza original del ser. Entonces podemos compartirla con los demás incondicionalmente, creando un estado duradero de felicidad.

El dolor vuelve a aparecer cuando olvidamos nuestro ser original y cuando rechazamos aprender.

Para recordar y retornar a nuestros propios recursos espirituales y a la Fuente Suprema, tenemos que aprender a ver a través de esos engaños e ilusiones, con el discernimiento claro que surge del silencio interior.

lunes, 24 de octubre de 2011

Liberarse de los pensamientos inútiles



Por un lado están los pensamientos negativos, que crean pesar y vacían nuestra energía y por otro, los pensamientos inútiles, más difíciles de controlar e identificar. Los pensamientos negativos, por su propia naturaleza se pueden identificar con mayor facilidad, pero los inútiles requieren discernimiento.

Todo lo que ocupa nuestra mente y no nos aporta ningún logro sino que sólo sirve para desperdiciar nuestro tiempo y pensamientos es inútil. La lista es larga: pensar en el pasado, preocuparse innecesariamente por el futuro, imaginar y especular sobre las situaciones y los demás sin realmente disponer de suficiente información, pensar sobre lo que los demás hacen o dejan de hacer cuando no es de nuestra incumbencia, etc.

Y lo sorprendente de los pensamientos inútiles es que a veces nuestra mente los presenta como atractivos y necesarios. Podemos llegar a sentir que es importante dedicar tiempo a pensar en eso, cuando en realidad es una completa pérdida de tiempo y energía.

Por ello, es esencial la práctica de la auto-observación y junto a ello, revisar con regularidad y preguntarnos: ¿Es necesario pensar en esto? ¿Me aportan algo estos pensamientos?

Para tener éxito en liberarnos de los pensamientos inútiles (así como de los negativos) necesitamos dos poderes espirituales: el poder de controlar y el poder de gobernar. A la mente se la compara con un caballo, así que desde nuestra consciencia necesitamos asir firmemente las riendas de la mente.

El poder de controlar es la capacidad de poner un freno a la expansión de la mente. Los pensamientos inútiles tienen otra particularidad: suelen ser muchos y veloces. Por tanto necesitamos un freno poderoso para poner un punto final a la expansión de lo inútil.

El poder de gobernar es la capacidad de dirigir y encauzar los pensamientos en otra dirección, una nueva dirección más beneficiosa y útil.

El método principal para dejar de desperdiciar la energía de los pensamientos es mantener todo el día, tanto como podamos, la mente ocupada. Una mente ocupada en pensamientos de conocimiento espiritual, en planes para servir a los demás y beneficiar al mundo, junto a los pensamientos prácticos y útiles de la actividad diaria, tal mente no puede ser atraída por nada más. Sencillamente, no dispone de tiempo. Una mente ociosa es fácil presa no sólo de lo inútil sino con frecuencia de lo negativo.

Ésta es una de las metas más elevadas a nivel espiritual: convertirnos en el amo de nuestra propia mente.

 

martes, 18 de octubre de 2011

Expectativas



Las expectativas son un importante obstáculo interno para nuestro progreso. Sean expectativas sobre los resultados de las acciones o sobre el comportamiento de las personas, siempre se manifiestan como una fuerza que nos dirige y nos controla.

Tener expectativas genera una actitud enjuiciadora, haciéndome sentir que alguien debería hacer las cosas de una manera diferente a como las hace. Deberían hacerlo de la manera que yo pienso que es correcta. Como resultado de estas expectativas hacia los demás, mi intelecto  se dirige hacia la corrección y la comparación. Cuando comparo y corrijo a los demás, incluso a nivel mental, experimento agitación e intranquilidad.

Lo que necesitamos es mantener nuestra espiritualidad interna y para ello generar sentimientos de amabilidad, de comprensión y de empatía. Sólo cuando tengo estos sentimientos en mi interior puedo permanecer confortable y en verdadero bienestar. En realidad, para convivir en armonía con los demás, necesitamos soltar todas las expectativas. En términos espirituales, mi deber es aceptar a todos, tal y como son.

Si tenemos expectativas hacia alguien entonces hay un margen para que surja en algún momento el sentimiento de rechazo. Éste es un aspecto sutil. Si tengo expectativas, entonces no puedo mantener un estado estable y calmado en mi mente. Ni tampoco podré cooperar con todos.

Cuando aceptamos a los demás y somos livianos y cooperativos, entonces les encantará trabajar con nosotros. Tal persona experimentará éxito a cada paso.

Las expectativas estropean las relaciones. Un método efectivo es reemplazar las expectativas por la actitud de apreciación. La apreciación es una cualidad hermosa y extremadamente valiosa. Cuando valoramos y apreciamos la contribución de los demás, el vínculo de nuestra relación se fortalece.
 

lunes, 10 de octubre de 2011

Liberarse del Ego (II)



Cuando en nuestra consciencia nos olvidamos de quiénes somos realmente y adoptamos la máscara falsa e ilusoria del ego, podemos observar que se manifiestan diversas señales y síntomas.

Bajo la influencia del ego, diversas emociones como el miedo, el apego y la resistencia afloran en nuestro interior. Algunos de los comportamientos típicos que indican la presencia del ego son: Criticar – Quejarse – Culpar – Desaprobar – Poseer – Envidiar – Desear – Proyectar – Competir – Controlar – Reaccionar – Juzgar – Mentir – Preocuparse – Evadirse

Un método para empezar el proceso de transformación del ego es identificar el apego y la creencia ilusoria detrás del comportamiento erróneo. Por ejemplo, si nos auto-observamos y descubrimos que respondemos de manera reactiva a alguien y adoptamos una actitud defensiva, nos podemos hacer las siguientes preguntas:

- ¿A qué tengo miedo?
- ¿A qué estoy apegado?
- ¿Qué creencia limitada estoy alimentando detrás de este comportamiento reactivo?

Por supuesto, a veces no es fácil hacer toda esta reflexión en el momento, pero cuando encontremos un tiempo personal, es importante reflexionar sobre estas preguntas y descubriremos respuestas muy interesantes. Por ejemplo, nos daremos cuenta de que hay creencias tales como: “Si acepto mi error y reconozco que ha sido mi equivocación, los demás dejarán de respetarme”. Hay apego a una imagen de mí mismo como una persona efectiva y precisa, respetada por los demás. Hay miedo a que esa imagen sea amenazada, ya que esa imagen externa es la base de mi autoestima (o una de las bases).

Este es sólo un ejemplo de una reflexión continuada que nos ayudará a comprendernos a nosotros mismos y a darnos cuenta de que es esencial practicar la consciencia espiritual. Como ser espiritual estoy libre del ego, de las dependencias y apegos, de las creencias ilusorias. Soy un ser pacífico, equilibrado y en armonía. Necesito meditar sobre estas cualidades originales del ser, de manera que pasen a formar parte de mi estado natural de consciencia.

domingo, 2 de octubre de 2011

Liberarse del ego (I)





Una definición del ego es la identificación y apego a una imagen errónea o falsa de uno mismo.Por ejemplo, si me identifico con un rol profesional y lo convierto en la base de mi autoestima, estoy cometiendo un error ya que es obvio que yo no soy el rol.



El rol es lo que hago, pero no lo que soy. Lo que soy está siempre presente y el rol puede dejar de existir en cualquier momento. Soy un ser espiritual, lleno de cualidades y valores, con capacidad de discernir y decidir. Mis verdaderos tesoros están en el interior.

Sin embargo, debido a que nos hemos desconectado de nuestra esencia, buscamos esas cualidades en elementos externos. Queremos obtener la paz, la estabilidad y el amor desde el exterior.

La fórmula del ego siempre es: “Según lo que sucede, así me siento”. Vivir en un mundo de deseos y expectativas, bajo la ilusión de que las circunstancias me van a traer la anhelada paz y felicidad… algún día.

La fórmula espiritual y correcta es: “Yo soy responsable de crear mis sentimientos y mi estado de consciencia y a partir de ahí, trato con las situaciones de la vida”.

Para liberarnos del ego, primero tenemos que identificar claramente su presencia y dejar de alimentar las actitudes y patrones de pensamientos que surgen de esa consciencia limitada.

Un principio sencillo es darnos cuenta de que donde hay ego, hay apego. Donde hay apego, experimentaremos alguna forma de resistencia al cambio en nuestro interior. Y donde hay resistencia, también hay miedo. Miedo a perder o tener que renunciar al objeto de nuestro apego.

Por ejemplo, si lo que tengo es apego a mi rol profesional, tendré resistencia al cambio y miedo a que otros puedan arrebatármelo o pueda perderlo. El rol se ha convertido en parte de mi identidad.

El alma es un ser libre de identificaciones y apegos. Mi estado natural es el de paz y bienestar. Por eso es tan importante meditar y experimentar la verdadera consciencia del ser. De esta manera podremos diferenciar claramente cuándo estamos en la consciencia de nuestra verdadera esencia y cuándo estamos en la consciencia falsa y limitada del ego.

 

martes, 27 de septiembre de 2011

Permanecer feliz y dar felicidad



Existe una profunda conexión entre la paz y la felicidad. Si no soy feliz, no puedo ser realmente pacífico. La cara revela la felicidad del alma. La felicidad no es algo que pueda permanecer escondido. La cara revela los sentimientos y las intenciones. Sea que hablemos o no, hay aspectos nuestros que hablan por sí mismos y uno de ellos es la expresión de la cara. Cuando hablamos, el corazón y la mente hablan junto con la boca.

La felicidad espiritual es felicidad ilimitada. Tanto como damos, recibimos incluso más. Nadie puede reducir mi felicidad porque proviene de una fuente imperecedera. Podemos tomar tanta felicidad como queramos del océano de la felicidad. Tomando espiritualidad de la fuente eterna nos convertiremos en un donador de felicidad.

Así que tenemos que centrar la atención en permanecer felices y dar felicidad. Conscientes de que ésta es felicidad espiritual e ilimitada. En esta consciencia elevada, incluso si alguien nos dice algo ofensivo o nos critica, no nos afectará. Permanecer en esta consciencia nos capacitará a permanecer contentos. Entonces no necesitaremos que las situaciones o las personas nos satisfagan temporalmente a fin de que podamos sentirnos contentos. En lugar de eso, permaneceremos en un estado de paz constante llena de satisfacción. Nadie se tendrá que preocupar de mí.

Incluso si cometí un error ayer, es el error de ayer así que tengo que olvidarlo y avanzar. Convertirlo en un peldaño para ascender en mi estado interior. Recordar las cosas del pasado es un gran error. Una consciencia elevada es pensar que estamos en una peregrinación hacia nuestro destino espiritual y he de mantener enfrente la meta y objetivo, el estado de perfección y liberación espiritual.

Cuando el alma pone esta profunda atención en crear este estado de felicidad constante y natural, recibe mucha ayuda sutil. Ahora es el tiempo para permanecer en profunda paz y felicidad y a la vez, es la necesidad del momento, lo que el mundo más necesita. El ser necesita disfrutar de estos tesoros y el mundo necesita que los compartamos con generosidad.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Guerrero Espiritual


Un estado muy poderoso de consciencia es considerarse a uno mismo un guerrero espiritual. Esta consciencia nos recuerda que siempre estamos en el campo de batalla. Lo interesante es que no existe ningún enemigo fuera de nosotros, ni nada externo por lo que batallar. El campo de batalla está en nuestra consciencia y el enemigo son nuestras propias debilidades, nuestros propios vicios y defectos.

Así como un guerrero renuncia a todas las comodidades y relaciones y sólo mantiene la batalla y la victoria en su intelecto, manteniéndose involucrado en cumplir su meta, de la misma forma podemos revisar si mantenemos esos dos aspectos claramente en nuestra consciencia. No importa dónde estemos, podemos mantener siempre la consciencia de que somos guerreros en el campo de batalla. Un guerrero no ama el descanso, no es ni perezoso ni descuidado. Es valiente y está alerta. Siempre lleva consigo sus armas.

A nivel espiritual, las armas son los poderes del alma, el poder de la introspección, de la tolerancia, de poner un punto final y de empaquetar las situaciones en nuestra mente, entre otros. No sólo necesitamos tener estos poderes, sino utilizarlos de la manera correcta y en el momento adecuado. Para ello es esencial el poder de discernir, el poder más elevado, el que nos permite elegir los pensamientos, palabras y acciones precisos en cada momento.

El guerrero espiritual sabe que la verdadera libertad está en alcanzar el estado libre de ataduras. La atadura más sutil es la consciencia del cuerpo físico. Después están las ataduras de las relaciones y las comodidades materiales. La práctica del guerrero espiritual es tomar el apoyo del cuerpo cuando lo desea e ir más allá de la consciencia del cuerpo físico cuando lo desea, de forma que el cuerpo no tire del intelecto ni lo más mínimo. También liberarse de la naturaleza y patrones viejos de la personalidad, así como de la dependencia y apego a las relaciones y medios materiales.

Ésta es la batalla que libra a cada instante un guerrero poderoso, con fe completa en la victoria.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Las palabras de la cita siguiente se atribuye a Buda:


Las palabras de la cita siguiente se atribuye a Buda:
"En una controversia, discusión, o polémica, en el instante en que sentimos ira es que ya hemos dejado de luchar por la verdad, y hemos comenzado una lucha contra nosotros mismos ".
Darnos cuenta de esto es un indicador útil para nuestra vida cotidiana.... cuando te enojas por defender tu punto de vista o atacas el del otro.... es tu ego.
Una vez que saques tu ego fuera de tu posición mental, puedes igualmente defender tu punto de vista , pero sin violencia. O simplemente pasar de defender-lo. (Muchas discusiones por defender nuestros puntos de vista no son más que ejercicios del egoísmo y sin sentido por completo.)







Cita de Eckhart Tollé